martes, 3 de octubre de 2017

Pásalo - OFICINA DE COMUNICACIÓN NOSOTROS - 03/10/2017

Con creciente alarma e indignación, los españoles vemos como una parte del Estado esta contra la nación, mientras la otra parte no la defiende, o no emplea para defenderla, todas las leyes y medios que el Gobierno tiene a su alcance.

El nacionalismo catalán no es adversario político, el nacionalismo catalán es enemigo de España, y ante la cadena de actos insurreccionales que los sediciosos están perpetrando impunemente, consideramos absurda, claudicante, y fuera de lugar cualquier propuesta o tentativa de diálogo o de pacto con los jefes de la rebelión en Cataluña. Las propuestas de dialogo hacia los sediciosos son continuación de fracasadas políticas de apaciguamiento con el nacionalismo catalán, y un fraude político que reduce el Estado de Derecho a Estado de desecho.

En política no existe la casualidad, y detrás de la sedición nacionalista en Cataluña hay poderes fácticos internacionales que mueven los hilos para destruir toda España, no solo Cataluña. La aniquilación de España como nación de idiosincrasia universal, es uno de los pasos necesarios hacia la tiranía omnímoda del Nuevo Orden Mundial. Por ello no descartamos que una República Catalana pueda ser reconocida por algunas potencias contrarias a los intereses de España y de Europa. En tal caso, el secesionismo habría ganado. Y sería demasiado tarde para actuar sin riesgo de provocar una guerra de consecuencias imprevisibles.

El Parlamento catalán derogo el Estatuto de Autonomía, al actuar como poder constituyente. Y el Gobierno de España no reacciono con la contundencia y rapidez necesaria. Hoy es evidente el fracaso del Estado de las Autonomías, que Adolfo Suarez invento para complacer a los nacionalismos catalán y vasco.

El Rey de España, acaba de dirigirse a todos los españoles, para tranquilizarnos y prometernos ley, orden y unidad. Ahora, en tanto que jefe de Estado, y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, tiene la obligación ineludible de cumplir sus promesas, sin esperar a que la banda de delincuentes instalada en la Generalidad culmine la secesión de Cataluña.

Mariano Rajoy tiene que dejar paso a un Gobierno de Salvación Nacional presidido por alguien que sea capaz de liderar y gobernar en esta situación excepcional. Rajoy ya ha demostrado reiteradamente, su ineptitud para combatir la sedición.

Para vencer al secesionismo antiespañol en Cataluña es imprescindible pasar a la ofensiva inmediatamente, y aplicar todas las leyes disponibles, con toda la contundencia que la inmensa gravedad de esta situación excepcional requiere.

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